Balance de Criminalidad en Alcobendas
El Partido Popular de Alcobendas se aferra a las estadísticas como un náufrago a un madero cuando le conviene, pero las descarta con la misma rapidez cuando los datos no favorecen su discurso.
16/02/2025
El Partido Popular de Alcobendas celebra con entusiasmo un descenso del 3,8% en los delitos contra la libertad sexual en 2024, lo que, en términos reales, se traduce en un solo caso menos de agresión sexual con penetración en comparación con 2023.
Reducir el drama humano de una agresión sexual a un simple porcentaje es una estrategia repugnante. Detrás de cada número hay una víctima, una familia destrozada, una persona que ha visto su vida arruinada. ¿Debemos celebrar que hay una violación menos? ¿Es este el éxito que quieren vendernos? La realidad es que en Alcobendas se sigue cometiendo más de un delito contra la libertad sexual cada semana. Y lo peor es que en el trimestre anterior, cuando los datos indicaban un aumento en estos delitos, la justificación del Ayuntamiento era que más mujeres se animaban a denunciar. ¿En qué quedamos? ¿Cuándo suben es por mayor concienciación y cuando bajan es por una gestión ejemplar? Lo único que queda claro es que manejan las estadísticas con una desvergüenza absoluta, según les interese.
Y lo mismo ocurre con el aumento del 17,3% en la sustracción de vehículos, que ya alcanza los 183 casos en 2024. ¿La excusa del Ayuntamiento? Que muchas denuncias provienen de empresas de renting que reportan los coches no devueltos a tiempo. ¿De verdad creen que los vecinos son idiotas? ¿Qué les impide reconocer la realidad? Que roban más coches, que los ladrones operan con total impunidad y que el municipio es un campo de juego perfecto para el delito. Mientras tanto, las calles siguen siendo testigos del abandono, los vecinos ven cómo la inseguridad aumenta y los responsables políticos siguen con su discurso vacío y sus excusas de manual.
Pero lo más indignante es que mientras Alcobendas se hunde en la inseguridad, otras ciudades del entorno están logrando reducir la criminalidad convencional. La Comunidad de Madrid ha experimentado un descenso general del 2,1%, en Algete la criminalidad ha bajado un 4,5%, en Colmenar Viejo un 1,7% y en San Sebastián de los Reyes un 3,3%. ¿Por qué Alcobendas es la excepción? ¿Por qué aquí los delitos aumentan 4,42%, mientras en otras localidades descienden? La respuesta es sencilla: una gestión ineficaz, un Ayuntamiento que prefiere las excusas a la acción y unos responsables políticos más preocupados por salvar su imagen que por proteger a los vecinos.
El problema va más allá de los delitos que figuran en las estadísticas oficiales. La sensación de inseguridad es real, no es un invento. No es una "percepción subjetiva", como se apresuran a decir algunos concejales para minimizar el problema. ¿Acaso es subjetivo que los vecinos del distrito centro eviten salir a la calle después del cierre de los comercios? ¿Es una ilusión colectiva que los mayores tengan miedo de pasear por su barrio cuando el sol se pone? La calle es el reflejo de la gestión política, y lo que reflejan las calles de Alcobendas es una ciudad descuidada, con una creciente sensación de abandono y con unos responsables políticos más preocupados por lavar su imagen que por garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Un claro ejemplo es el lamentable estado del mobiliario urbano y de las fachadas llenas de pintadas. En una reciente junta de distrito, una vecina expresó su preocupación por la proliferación de grafitis en las paredes de la ciudad, destacando el impacto negativo que esto tiene en la percepción de seguridad, especialmente entre las personas mayores. La respuesta de la presidenta del distrito fue tan lamentable como predecible: se limitó a decir que, al tratarse de bienes privados, el Ayuntamiento no puede hacer nada. Una salida por la tangente, una justificación que esconde la inacción y la falta de voluntad política para atajar el problema. ¿No pueden articular medidas para garantizar la limpieza del municipio? ¿No pueden sancionar a quienes deterioran el entorno? Claro que pueden, pero prefieren mirar hacia otro lado. Prefieren dejar que el deterioro continúe mientras se lavan las manos con excusas baratas.
Y si los vecinos se atreven a expresar su indignación en las juntas de distrito, la respuesta que reciben de sus representantes políticos es aún más vergonzosa. En lugar de escuchar con humildad y empatía, en lugar de reconocer los problemas y buscar soluciones, muchos concejales responden con soberbia y prepotencia. Parece que se olvidan de que su sueldo sale de los impuestos de los mismos vecinos a los que desprecian con su actitud. Parece que no entienden que están ahí para servir a la ciudadanía y no para tratarla con desdén. Pero claro, es más fácil despreciar al vecino que asumir responsabilidades y hacer el trabajo para el que fueron elegidos.
En definitiva, el balance de la criminalidad de 2024 no es el triunfo que el Partido Popular quiere vender. Es una muestra más de su incapacidad para gestionar la seguridad y del desprecio con el que tratan a quienes sufren las consecuencias de su inacción. La realidad es que Alcobendas es una ciudad cada vez más insegura, donde los delitos se justifican con excusas ridículas y donde los vecinos se sienten abandonados por un Ayuntamiento que prefiere esconder la cabeza en la arena antes que afrontar los problemas con valentía y determinación.
Jesús Ulloa