Urbanizaciones: la gestión nula del Ayuntamiento
28/09/2025
En Alcobendas ya nos hemos acostumbrado a que el Ayuntamiento dé la espalda al distrito de Urbanizaciones. Lo hizo en el pasado, lo hace ahora, y lo seguirá haciendo mientras siga primando el negocio y la política de escaparate sobre la gestión real.
Nuestras urbanizaciones, antaño orgullo y envidia de la región, se caen a pedazos en lo que respecta a la acción municipal. Lo que antes eran sinónimos de exclusividad, seguridad y privacidad, hoy son un laboratorio de improvisación política y de proyectos impuestos a espaldas de los vecinos.
De enclave privilegiado a moneda de cambio
La Moraleja y su entorno han sufrido decisiones que son auténticas puñaladas a su esencia:
- La operación Carrascosa, que aún supura como una herida abierta.
- La instalación de proyectos que nada tienen que ver con el carácter residencial (residencias de mayores, colegios improvisados en antiguos conventos).
- El desvío del tráfico masivo de las macro urbanizaciones vecinas por calles estrechas y no preparadas.
- Ajustes catastrales “a la carta” que multiplican el valor de determinadas parcelas en beneficio de unos pocos.
Y todo ello ignorando un hecho incontestable: este distrito aporta una parte altísima de la recaudación fiscal de Alcobendas. Se exprimen sus bolsillos, pero no se devuelve nada en servicios ni en respeto.
Cristina Capdevila: un suspenso clamoroso
La máxima responsable de este desastre es la concejal presidente del distrito, Cristina Capdevila. Su nota en estos dos primeros años no admite matices: suspenso con MUY DEFICIENTE.
No hablamos solo de una gestión torpe: hablamos de una gestión inexistente. Nada funciona en el distrito cuando depende del Ayuntamiento. Lo poco que se mantiene en pie es gracias a las Entidades de Conservación y al dinero extra que los vecinos pagan de su bolsillo.
En cualquier empresa privada, Capdevila habría sido cesada hace ya mucho tiempo. Aquí, en cambio, sigue en su sillón. Lo honesto sería dimitir y dejar de aferrarse a un cargo que le queda demasiado grande.
Eso sí, sería injusto no reconocer la raíz del problema: Capdevila no es una excepción, es el reflejo de cómo el Ayuntamiento entero ha tratado siempre a las urbanizaciones. Ella simboliza un suspenso que comparten todos los gobiernos municipales, sin importar su color político.
El impuesto encubierto de la tarjeta de residente
La realidad cotidiana de nuestras calles es el retrato perfecto del abandono:
- Suciedad vergonzosa en todas las zonas fuera de las Entidades de Conservación.
- Barrido y riego inexistentes (salvo cuando llueve, que parece ser el plan municipal de limpieza).
- Caos circulatorio sin soluciones reales.
Y para colmo, nos imponen los parquímetros y la tarjeta de residente, un auténtico impuesto encubierto. Sí, pagamos nuestros impuestos como todos, pero además tenemos que volver a pagar por aparcar en nuestras propias calles. Una mordida más al bolsillo del vecino, mientras desde el Ayuntamiento nos intentan vender la mentira de que “han bajado la presión fiscal”.
Cuando algo funciona, no es gracias al Ayuntamiento
Si el distrito no está peor, es porque cuatro Entidades de Conservación siguen en pie:
- El Encinar de Alcobendas
- El Soto de la Moraleja
- La Moraleja
- Parque Empresarial de La Moraleja
El resto —Cuesta Blanca, El Juncal, Fuente Hito y Arroyo de la Vega— sufren el abandono puro y duro. El caso del Arroyo de la Vega, tras disolver su Entidad, demuestra lo que ocurre cuando el Ayuntamiento es el único “responsable”: deterioro y decadencia.
En resumen: dimisión ya
El distrito de Urbanizaciones no necesita discursos, necesita gestión. Cristina Capdevila ha demostrado sobradamente que no sabe, no quiere o no puede ejercerla. Su nota es clara: suspenso rotundo.
Pero no olvidemos que su suspenso es también el suspenso del Ayuntamiento en su conjunto, que durante años ha despreciado a este distrito y ha preferido usarlo como negocio y escaparate antes que como lo que es: una parte esencial de Alcobendas y motor de sus ingresos.
Lo responsable sería que Capdevila dejara el cargo y el Ayuntamiento en su conjunto se tomara de una vez en serio la gestión de las urbanizaciones. Porque seguir castigando a los vecinos que más contribuyen a sostener Alcobendas no es solo una torpeza política: es una falta de respeto intolerable.
Jesús Ulloa
Presidente de Alcobendas Sin Más