Alcobendas: El Postureo Político Frente a los Problemas Reales
La brecha entre los problemas reales de los vecinos de Alcobendas y las prioridades de nuestros gobernantes nunca ha sido tan evidente.
15/03/2025
Mientras la vida cotidiana de los ciudadanos se ve afectada por atascos interminables, un deterioro creciente de la seguridad y un abandono visible en el mantenimiento urbano, nuestros políticos parecen más interesados en galardones, eventos de relumbrón y proyectos sin sentido que en soluciones concretas.
¿Realmente preocupa a los vecinos que Alcobendas haya sido designada Ciudad Europea del Deporte 2025? ¿O que figuremos en un ranking de ciudades inteligentes? ¿Es esto lo que aliviará la incertidumbre de nuestros mayores cuando temen salir de casa? ¿Es esto lo que solucionará el caos circulatorio que sufrimos a diario? No. La realidad es que nuestros políticos viven de espaldas a la ciudad y de cara a la foto.
Para agravar aún más la situación, se imponen proyectos sin sentido y sin consenso, como la construcción de residencias de ancianos en lugares inadecuados. ¿Se ha consultado a los vecinos? No. Y la oposición, lejos de representar una alternativa seria, guarda un silencio cómplice o, lo que es peor, promueve ocurrencias como un canal navegable en el Arroyo de la Vega con embarcadero y donde se podrá practicar la pesca. Mientras tanto, las obras de la remodelación del acceso a la Plaza del Soto siguen siendo un misterio envuelto en opacidad, la delincuencia sigue al alza en nuestra ciudad mientras desciende en localidades vecinas, y la suciedad y las pintadas se convierten en el paisaje habitual de nuestras calles.
El colmo de la desidia se refleja en situaciones tan absurdas como la proliferación de pisos turísticos en garajes, algo completamente prohibido en Alcobendas, pero que parece no inquietar a nuestros dirigentes y dicen que falta personal para perseguir esta práctica. Y todo esto mientras nuestros mayores se ven arrinconados en el centro de la ciudad, cada vez más inseguros, y hay calles en las que transitar sin un todoterreno se ha convertido en una odisea.
En definitiva, la calidad de vida de los vecinos de Alcobendas se deteriora sin que nadie haga nada, mientras nuestros políticos siguen ensimismados en el postureo o escondidos en sus cuarteles de invierno, esperando a que se acerquen las elecciones para volver a vender humo. No hacen nada, no les importa nadie. Se han acostumbrado a vivir en una burbuja de complacencia, mientras los vecinos sufrimos el deterioro imparable de nuestra ciudad. Pero la paciencia de los ciudadanos tiene un límite. Y ese límite está cada vez más cerca. Los políticos deberían estar a la altura de los problemas que enfrenta Alcobendas, no ser figurantes en un circo de mentiras y promesas vacías.
Jesús Ulloa